El Hambre En El Mundo

VIVIR CON HAMBRE


Imagine por un instante que fuera posible pesar en una balanza a todas las personas queviven en el planeta tierra. En un plato de la balanza, coloque a aquellos que viven en el Primer Mundo o países ricos. En el otro, coloque a los que viven en las naciones pobres.

Si eso fuera posible, claramente observaría que la balanza se inclina hacia el lado del Primer Mundo. Y eso ocurre aún cuando en los países pobres la tasa de fecundidad (el número de nacimientos) es mayor, y pese a que la tasa de mortalidad infantil es alta.
La razón es muy sencilla, mientras que la mitad del planeta produce y consume diariamente más del doble de las calorías necesarias para sobrevivir y vive preocupada por los "kilitos" de más, la otra mitad no tiene nada para llevarse a la boca y se muere de hambre. O lo que es lo mismo, el mundo vive en una paradoja diaria de obesidad versus desnutrición.

Mientras que en Estados Unidos el que no habla o está haciendo una dieta "low-carb" (baja en carbohidratos) está "out" (fuera de moda), en las favelas de Brasil o en las tierras secas de África Subsahariana, tanto niños como adultos, luchan desesperadamente por encontrar algo (sin importar qué) para llenar el estómago.


África: la más golpeada

Según datos dados a conocer en la reunión anual del Comité Permanente sobre Nutrición de la ONU, Latinoamérica y el Caribe, así como también Asia y el Pacífico, han logrado avances en la lucha para erradicar el hambre en el mundo, uno de los objetivos del "Milenio".
Pero todavía queda mucho camino por recorrer, más que nada en zonas del planeta como Africa Subsahariana, en Oriente y en África del Norte, donde las esperanzas de reducir y eliminar el hambre son escasas.
La presidenta del comité de la ONU, Catherine Bertini, dijo en una rueda de prensa que si bien existen posibilidades de acabar con el hambre antes de 2015, tal y como lo prevén las metas del milenio, "en África todavía existen serios problemas" que ponen en jaque a este objetivo.
Los que pasan hambre en el mundo son muchos. La Organización de las Naciones Unidas para al Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula que una de cada siete personas en el mundo pasa hambre, unas 852 millones de personas.
De los cuales, sólo 9 millones se encuentran en los países industrializados, 28 millones residen en países en transición, mientras que la mayoría de ellos, 815 millones, viven en los países en desarrollo.
África se lleva una gran tajada: 243 millones de personas pasan hambre diariamente, de los cuales, 204 millones pertenecen a África Subshariana.
Según los cálculos de la ONU, si se mantiene el ritmo de crecimiento global, es posible reducir la pobreza a un 12,5% del total registrado durante los años noventa. Es decir, unas 366 millones de personas dejarán de ser pobres y pasar hambre.
Sin embargo, dado que el ritmo de crecimiento en África Subsahariana está muy por debajo del mundial, el número de personas pobres y con hambre podría incrementarse y no reducirse en los próximos años.

¿Se puede eliminar el hambre?

El sueño de un mundo sin hambre se puede lograr. El hambre en el mundo no existe porque la madre naturaleza no es capaz de brindar recursos para todos, o por falta de tierra para cultivar, o porque hoy existan en el mundo muchas más personas que un siglo atrás.

Por el contrario, el hambre en el mundo existe por mala distribución. Una parte del planeta, y justamente en la que viven las naciones más rica, consume más del 80% de los recursos naturales (alimentos y otros productos de consumo) a nivel mundial, mientras que la otra mitad recibe apenas el 20%.

Según el informe anual de la FAO sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo, para eliminar el hambre en nuestro planeta es necesario aplicar una "estrategia de doble vía", es decir, que ataque tanto la pobreza como el hambre.

La FAO propone la intervención de los gobiernos para fortalecer las actividades productivas de las personas pobres como forma de incrementar sus ingresos y mejorar la distribución de los recursos.
Al mismo tiempo propone promover la agricultura y el desarrollo rural, de los cuales dependen los medios de subsistencia de la mayoría de los que son pobres y pasan hambre.

Durante la reunión en Brasil del Comité Permanente sobre Nutrición de la ONU, Bertini elogió el "Programa Hambre Cero" de Brasil, impulsado por el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y argumentó que para eliminar el hambre en el mundo es necesaria "una mayor integración entre los gobiernos, las Naciones Unidas y la sociedad civil".
En la reunión de Brasil, Angola (con 5 millones de personas pobres), Bolivia (5,5 millones), Brasil (40 millones) y Mozambique (10 millones) se comprometieron a suscribir oficialmente un pacto de cooperación para unir fuerzas contra la hambruna.

Estos acuerdos y pactos son un buen primer paso, pero es necesario que otras naciones del mundo imiten el ejemplo y pongan en marcha planes como el Programa Hambre Cero de Brasil, porque el que tiene el estomago vacío no puede esperar. Necesita soluciones para hoy y no en diez años más.

No se trata de reducir el hambre, se trata de acabar con el hambre. Que cada niño pueda ir a la escuela con algo en su estómago y que cada trabajador pueda llevar un plato de comida a su casa.
Para lograr esta meta también se requiere conciencia social. Pase un día sin probar bocado, o mejor aún, hágalo pensando que el que pasa hambre es uno de sus niños o un familiar suyo y verá (aunque en escala muchísimo más reducida porque usted siempre tendría la posibilidad de abrir su refrigerador y romper el experimento) lo que se siente al tener el estómago vacío.

Después de eso, seguro usted pensará dos veces antes de tirar a la basura la comida que le sobra o quejarse porque lo que tiene hoy en su mesa no es de su agrado.
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